Estaba bastante aburrida en casa, Eleazar había salido quien sabe a donde; ciertamente estabamos peleando en estos momentos, por lo que decidí venir aquí a Forks para despejar un poco mi mente. Ya hace bastante tiempo que no veía a Los Cullen así que mejor aprovhecar ahora ¿no?
Toc, toc, toc.
- Soy yo, Carmen. - dije, golpeteando la gran puerta de la entrada.